EN ESTA NOCHE de insomnio
me ha despertado el ruido del silencio
y he recordado las cosas que me dañan,
como el día que te fuiste
sentí que hasta ese momento mi vida llegaría
y mis lágrimas cayeron
como la lluvia que cae en los lugares más altos
en una tarde de verano
cuando el sol resplandeciente
nos acaricia con sus más brillantes rayos,
también recordé tus ojos color esmeralda
mirándome lentamente en la oscuridad,
tu pelo dormido como la más negra noche
y los besos que probé de aquellos labios tan
tiernos
como el fruto más fresco y tan dulces
como la miel de un colmenar.
Cuando me estrechaste entre tus brazos
descubrí que ese rojo carmesí
corría más de prisa por mis venas,
fue una sensación tan hermosa
que la brisa fresca chocaba con mi cuerpo
se resbaló sin tocar el suelo,
en esos instantes era tan feliz,
pero descubrí que fui una tonta
pues tú solo te divertías
para alejarte dejándome llorando sola
y triste por ti,
pues tú
sabías lo mucho que te quería.
Desde aquel momento y hasta ahora
te puedo decir que te sigo amando
y creo que jamás te podré olvidar,
he intentado arrancarte del corazón
y por más que he querido
esas llamas no se han podido ni podrán apagar.
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